lunes, 10 de noviembre de 2008

El camarógrafo (Parte I)

-Escuchame, tenés dos opciones, o me das el VHS con lo que filmaste, o bueno, no sé, manejalo-, me dijo mientras se secaba la traspiración de la cabeza.
-¿Manejalo es mi segunda opción?, la inventiva de los comisarios de esta zona no deja de asombrarme-, le conteste mientras mi compañera, a quien llamaremos Equis, me pegaba un codazo en las costillas.
-Mira pendejito, no te hagas el vivo, entregá el caset y dejate de joder, no te pongas difícil.- dijo.
-Escuchame, el tape lo puedo editar y saco lo tuyo, pero lo necesito, es el laburo de todo el día y lo tengo que presentar hoy. No sabés lo que pase para conseguir todo esto, aunque sea dejame contártelo- le dije
-Está muy buena la historia, la recomiendo-, opinó poco oportunamente Equis
-Vos y tu amiga crítica de cine me tienen las bolas llenas, pero no sé porque te voy a escuchar-, comento el comisario mientras se desplomaba en su silla.
-Porque necesito un pie para contar esta historia cuando la escriba-, le respondí a su pregunta retórica
-¿Qué?
-No nada, dejá


Una y media de la mañana eran. Mientras Princesa miraba televisión, yo estaba con la notebook boludeando. Tan aburrido me encontraba, que estaba dispuesto a responderle a cualquiera que me hablara por el MSN, por eso me conecte.
-Necesito un camarógrafo para mañana-, me dijo Equis tan rápido que los muñequitos del MSN ni siquiera habían terminado de girar.
-Yo necesito dos mandriles enojados, dos cuchillos miniatura y una jaula donde hacerlos pelear
-Bueno, lo mío es más real y lo necesito de verdad, ¿podes mañana?
-Que feo que juzgues así mis necesidades. Si, a partir de las 3 puedo
-Ok, cuento con vos.
Equis tiene un gran defecto: carece totalmente de maldad. Y la ingenuidad le sale por los poros. Puede ser muy divertido pasar un día con ella, como también puede ser tan horrible como mirar a Lucifer a los ojos y, mientras le decís "que cara de viejo puto tenés", le metés un bife. Si este chiste ya lo hice en algún momento.

Quince minutos después del horario indicado ya estaba en el punto de encuentro. Lamentablemente no me acordé que Equis tiene el mismo sentido de la puntualidad que un gato siamés. Si no entienden lo que digo, agarren un gato siamés y díganle, "a las tres te espero en La Perla de Once", y fíjense a qué hora llega. Vieron, llegó a las cuatro y media. Bueno Equis también.

Voy a obviar la parte donde pedíamos los equipos, porque realmente no pasó nada interesante: es pedir cámaras y demases a alguien que se nota que odia su trabajo, como vos o yo, siempre y cuando, el que lea esto este en la población económicamente activa, y no sea jefe. La Argentina misma.
-¿A Dónde tenemos que ir?- pregunté sabiendo que me iba a arrepentir de la misma manera que a la madrugada de ese día que decidí contestarle a la gente que me habla en el MSN.
-Mirá, Jota me pidió que tomáramos algunas imágenes del Ministerio de economía, algún Banco y la Bolsa.
-¿Y para que lo necesita?-, pregunte socarronamente
-Para un inf…..
-No me interesa.

Allí comenzamos nuestro periplo. Primer Destino, el Ministerio de Economía.


(Continuará)

3 comentarios:

r.- el corre ambulancias dijo...

pibe, entrega el resto de la historia rapido, o no se, manejate


pero si tardas, se te puede suicidar el canario

anda sabiendo

ani. dijo...

eso.
sabemos dónde parás, pibe.

Maggie dijo...

Ya me olvide quien era Equis, y no quiero ni saber quien era Jota...

Maggie
deberiadarmeverguenza.blogspot.com