jueves, 24 de enero de 2008

Mi Dios es peronista y no tiene sentido del humor

Sí lo se, últimamente mis post tienen la misma gracia que una sesión de quimioterapia de un paciente de 10 años que mira a su oncólogo y le pregunta "por qué me castiga Dios?". No se que me pasa, no es algo que este a mi alcance. De a poco estoy perdiendo ese don de hacer reír a la gente que me ha caracterizado a lo largo de mi corta pero esperanzada vida.

Lo que ocurre además es que dejaron de pasar cosas graciosas alrededor mío. es como si después de mucho tiempo Dios me empieza a castigar por todos los comentarios antisemitas, xenófobos y agresivos que he hecho desde este espacio. Oh vengativo Señor, no me culpes a mi, son ellos los que mataron a tu hijo, los judíos. Y los negros... bueno Señor...son negros.

Luego de salir del transe en el que hablo con mi Dios telepáticamente ofendiendo (de nuevo) al gran porcentaje de los lectores, y digo telepáticamente porque mi Dios es así de grosso: lee las mentes, tira misiles desde los dedos y tira gas mostaza con el aliento. Además es vengativo, omnipresente e hincha de All Boys.

La cuestión es que no estoy siendo gracioso y me preocupa. Y no necesito sus comentarios diciendo "Ay pero si sos un plato", o "La vida leyéndote es mas amena" o "nos vemos en tribunales, zoquete". Porque yo no necesito la lástima de nadie, y aunque la necesite, quiero conservar el poco de dignidad que me queda.
Así que antes que empiecen quiero reivindicar esta situación, les voy a contar una breve historia de lo que me ocurrió meses atrás cuando hacía un trabajo para la facultad.

Era un sábado a la tarde. Sí, me toco ir un sábado a la tarde a la facultad para simular que somos un medio importante que saca una página web de noticias como Clarín, La Nación y Seprín. Acá abro un paréntesis para pedirles que no me vengan a decir "eh loco yo voy a la UBA y los sábados curso". Sépanlo, no me importa y su vida es muy miserable, lo cual no me impedirá que si los veo en la calle los señale con el dedo, me ría estrepitosamente en sus caras, les grite "zopencos!", me acomode el monóculo y continúe mi viaje a Wall Street. Cierro paréntesis.

Como yo soy una persona muy responsable, llegue casi media hora tarde porque me quedé dormido, por lo que los temas más interesantes para escribir ya estaban ocupados. Por eso mi profesor me dijo "tratá de hablar con alguno de los que volvió con Perón. Hoy es el día de la lealtad, salame". Así que me puse manos a la obra. En realidad no. Dado que el hecho ocurrió hace 50 años, casi todos participantes de aquel histórico momento están muertos. Y como todavía mis técnicas de resucitación no están del todo desarrolladas (la última vez que intenté resucitar un muerto, Steven Spilberg filmó Jurasic Park), se iba a complicar. Pero conseguí el teléfono de Antonio Cafiero, quien viajó con Perón en su regreso al país. Para que se den una idea de la edad de Cafiero, fue el que le lustro la manzana a Adán antes que la mordiera.

Tenía el número en mi poder por lo que estaba más exitado que una lesbiana ciega en una pescadería, pensando que sería la mejor nota del mundo. Luego de un primer llamado infructuoso donde me dijo que se encontraba en una reunión, intenté nuevamente y me atendió su secretario o su taxi boy, no se, que me dijo que lo llamara a las 18, dado que en ese momento estaba en un acto, o lustrándole el tubo, no se. La cuestión que, como soy una persona responsable, lo llame a las 17:55, y me atendió el contestador. "Ah, debe estar en el acto", pensé y aguardé unos minutos. Intenté de nuevo a las 18:00, a las 18:05, a las 18:10. "Mmmm, se debe haber extendido el acto", reflexioné. 18:30, 18:45 y 18:55, fueron los siguientes intentos: "y bueno, estos actos suelen ser largos". A las 19:30 cuando llamé por última vez y me volvió a atender el contestador pensé "Ojala se lo este cogiendo medio Lomas de Zamora" y me fui cabizbajo y meditabundo. Sí, Cafiero me cagó. Para no perder la costumbre.

Esa fue la historia.

Bueno, creo que el post me quedo un poco largo, lo que atenta contra mi idea de aumentar los visitantes, porque no jodamos, cuando el 90% de la gente ve esta cantidad de letras y ni una maldita imagen, leen el primer y el último párrafo y no vuelven nunca más.

Bah, yo lo haría.

5 comentarios:

Martin dijo...

Es verdad los textos largos no son leidos, por eso intento no hacerlos más.
Voy a decirte la verdad, no es gracioso como antes pero lo del monóculo si me saco una carcajada.

Ah mi me pasa lo mismo siempre crei que hacia reir y hoy en dia estoy entre dar lastima y anotarme a mendigando por un sueño.
Ya vovlera la muzza.
Y que no se enfrie

r.- el corre ambulancias dijo...

convengamos qeu tus pateticos intentos por ser gracioso, son muy graciosos

en fin, jamas, jamas, curse un sabado en la facu, eso era lo unico bueno de bellas artes

bueno, tambien era divertido en medio de las elecciones pedir la boleta del partido de derecha y verle las caras de asco a los hippies

Araña Patagonica dijo...

Si te sirve de consuelo, pedazo de delirante querible.. me hiciste reir y mucho (lo de la ciega en la pescaderia es magistral y juro que jamás lo escuché ni lo leí)

que le vamuaché.. el ingenio parece que no es eterno para algunos de nosotros.

ani. dijo...

Joven Gonchi, acepte por favor el cíclico devenir, el sube y baja, el voy y vengo, el quita y pon de la vida (las interpretaciones van de suyo) Todo va. Y vuelve. Siempre que primero haya ido, porque si no... Usté, tranquilo.

Permiso, me tengo que volver al geriátrico.

Anónimo dijo...

I want not acquiesce in on it. I think warm-hearted post. Particularly the title-deed attracted me to be familiar with the sound story.